Martín Colombo, Senior Regional Director en Veeam Software para LATAM.

Bienvenido al metaverso, el futuro digital que llevamos muchos años imaginando. Un mundo virtual donde podemos encontrarnos, explorar, comprar, y crear entre muchas cosas más. Algunos temen que sea el principio de un futuro distópico como el que se vislumbraba en la novela de ciencia ficción Snow Crash  de 1992, mientras que muchos otros lo ven como la próxima gran evolución de Internet, que abrirá un mundo de nuevas oportunidades.

El metaverso es tendencia en el mundo de la industria IT. Si bien la realidad virtual ya ha generado rumores y no ha despegado como se esperaba, esta vez parece diferente. De acuerdo a la consultora Analysis Group, para América Latina el metaverso podría significar el 5% del PBI regional en el 2031, es decir, unos USD $320.000 millones; mientras que a nivel global esta tecnología representaría el 2,8% del PBI (USD $3,01 billones).

Para hacer posible una verdadera interoperabilidad y garantizar una experiencia en tiempo real, es necesario que haya lagos de datos compartidos instantáneamente entre plataformas y ecosistemas. Dejando a un lado las cuestiones legales y normativas, las empresas y los proveedores tendrán que ser capaces de mover cargas enormes de trabajo de forma segura y bajo demanda, en tiempo real continuamente. Una estrategia clara de protección de datos y una gestión eficaz ya son cruciales para cualquier operación que dependa de la información. Pero en este mundo, lo será todavía más.

Con esta nueva tendencia pisando fuerte, los directivos deben empezar a preguntarse cómo existirán sus organizaciones en la era del metaverso y cómo pretenden utilizarlo o construir una estrategia en torno a él. ¿Será para espacios de trabajo inmersivos, para interactuar con los clientes, para vender bienes y servicios o para añadir valor o racionalizar sus operaciones en el mundo real? Un buen punto de partida sería considerar los datos y luego pensar en la infraestructura necesaria para soportarlos.  Antes de que la alta dirección pueda empezar a pensar en el futuro e incorporar el metaverso a su horizonte estratégico a largo plazo, necesita comprender exactamente de qué estamos hablando. El metaverso existirá a pesar del lugar y el tiempo. Los usuarios del metaverso podrán interactuar entre sí en tiempo real, sin importar en qué lugar del mundo se encuentren físicamente.

En otras palabras, este potencial, sólo puede ser posible si las organizaciones confían en que los datos que se generan están disponibles o, en caso contrario, pueden restablecerse rápidamente. Nada de esto será posible si las organizaciones no invierten en plataformas que crezcan y escalen -muy probablemente de forma exponencial- con sus ambiciones para el metaverso. Nada de esto será posible si los datos no pueden protegerse en todo momento.  Sin embargo, además de proteger los sistemas en los que residen o se ejecutan los datos, las empresas tendrán que protegerlos también desde el punto de vista de sus usuarios. Lo primero que viene a la mente es: la privacidad de los datos. La legislación sobre protección de datos será cada vez más estricta. Todos los servicios y productos desarrollados en torno al metaverso, para él o en él, deberán basarse en la protección de la privacidad de los usuarios.  Más allá de la privacidad, la ciberseguridad se magnificará más allá de los niveles actuales de comprensión. Ilusiones, robos, falsas suplantaciones profundas, así como brechas tradicionales y ransomware, podrían ser catastróficos y casi imposibles de identificar.

La protección de datos, especialmente la copia de seguridad, la recuperación y la seguridad, ha sido crucial durante muchos años. La rápida digitalización y la adopción de estrategias de nube híbrida han aumentado la necesidad de una gestión de datos eficaz e interoperable. El metaverso acelerará aún más las cosas. No habrá un metaverso de «antes y después». Las plataformas y aplicaciones se desarrollarán y parchearán juntas y, lo más probable es que el metaverso se construya orgánicamente y, antes de que nos demos cuenta, todos estaremos en él. La protección de datos debe ser un elemento central de toda estrategia digital, ahora y en el futuro metaverso.

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