En un informe realizado en 2022 sobre el acceso y uso de Internet en Latinoamérica y el Caribe, el PNUD indicó que el periodo pospandémico introdujo nuevas formas de trabajo y aprendizaje, como consecuencia de las limitaciones de movilidad exigidas; además, junto con la cobertura de Internet existente, permitió por primera vez la conexión de 800 millones de personas alrededor del mundo.

La edición más reciente del Digital Report 2023 muestra que el número de usuarios de Internet en el mundo alcanzó los 5160.000 millones de personas, lo cual representa un 64,4 % de la población mundial. De acuerdo con Statista, Brasil es el país latinoamericano con el mayor número de usuarios de Internet —con 180 millones—, mientras que México ocupa el segundo lugar en la región, con 100 millones de usuarios.

Además, este informe del PNUD muestra que dos terceras partes de los hogares latinoamericanos cuentan con conexiones a Internet fijas, las cuales son necesarias para facilitar transacciones de datos de alta capacidad, como videollamadas para trabajar o estudiar. Aunque esto representa una mejora de casi un 50 % con respecto al promedio regional antes de la pandemia, las disparidades entre los países persisten. Por ejemplo, 17 de los 24 países encuestados en Latinoamérica y el Caribe se encuentran por debajo del promedio regional, incluidos México, Uruguay y Costa Rica.

Además, este incremento en la transformación digital se traduce en un aumento en el volumen de centros de datos y, por lo tanto, en una mayor presión en los centros de datos para procesar dicha información de manera más rápida y ágil. Este nuevo contexto genera preocupaciones entre los operadores de centros de datos en cuanto a cómo garantizar la resiliencia.

La nube es el primer paso

La migración a la nube es uno de los pasos que los operadores pueden dar para alcanzar dicha resiliencia. El informe del Uptime Institute indica dos razones. En primer lugar, durante la pandemia, muchas compañías se dieron cuenta de que no contaban con la infraestructura necesaria para soportar el trabajo remoto y garantizar una experiencia adecuada para los clientes. En segundo lugar, muchos operadores comprendieron que una red puede sufrir una interrupción como consecuencia de la mayor demanda generada por estos trabajadores remotos.

La nube permite que el tráfico y las cargas de trabajo puedan redirigirse a otros sitios, lo cual reduce el efecto de las interrupciones en el servicio en cualquier instalación. Además, el estudio de Vertiv, “El centro de datos de 2025: más cerca del borde de la red”, revela que, para 2019 —antes de la pandemia— ya se comprendía cómo la nube podría contribuir a mejorar la resiliencia y la manera en que esta tecnología jugaría un papel predominante, pero no exclusivo, en el futuro del ecosistema de centros de datos.

La oportunidad de la 5G

La computación en la nube potenciada por la red 5G también permite abordar algunas de las mayores preocupaciones en la industria: la latencia y la seguridad.

La implementación de la red 5G amplía el ancho de banda de forma intensiva, lo cual facilita una rápida transmisión de enormes volúmenes de datos, incluida la transmisión de video en tiempo real o streaming. Además, las estrategias de ciberseguridad de la red 5G mejoran la seguridad de la red por medio de la autenticación mutua, para una mayor seguridad de los datos.

Resolver el problema de la escasez de personal

Además, la resiliencia del centro de datos en el contexto de la digitalización pospandémica implica prestar mucha atención a asuntos clave que actualmente afectan a la industria, como la escasez de talento y la necesidad de un enfoque energéticamente más eficiente.

La frase “más datos significa más potencia” se suma al estudio de Vertiv y esto también se traduce en mayores necesidades de gestión y enfriamiento. Además, implica la necesidad de más técnicos especializados para dar soporte a la infraestructura. Por ejemplo, se prevé que, para 2025, Latinoamérica necesitará al menos 21.000 profesionales de TI para satisfacer la demanda, según las estimaciones del Uptime Institute.

Los servicios de subcontratación como la gestión y el mantenimiento, por medio de un modelo de Gestión de las Operaciones del Centro de Datos (DCOM), es una opción viable en este contexto. La DCOM permite el monitoreo remoto del centro de datos por parte de un equipo certificado y especializado, las 24 horas del día y los 7 días de la semana, en cualquier ubicación.

Un modelo DCOM permite una rápida detección de las amenazas que podrían ocasionar un periodo de inactividad. Además, ofrece un tiempo de respuesta más corto ante un incidente y optimiza las inversiones de los operadores. Puede complementarse con un modelo de servicio energéticamente eficiente para garantizar la confiabilidad de la red.

Un enfoque integrado, que tome en consideración las preocupaciones de la industria relacionadas con la latencia, la seguridad, el talento humano y la eficiencia energética, contribuirá a que los centros de datos de hoy y del futuro sean más resilientes.

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