Estamos acostumbrados a que en informática la carrera por el rendimiento sea frenética, la máxima cantidad de Ghz, Mhz, Mbps, GB, es lo que se lleva toda la atención. Siempre se está pensando en obtener mayor puntuación que la generación de producto anterior. Es por esto que -a veces- resulte difícil de identificar un producto “revolucionario”, no por llegar al tope de performance, sino por facilitar a los usuarios el acceso a una tecnología conforme a las necesidades actuales, que cumpla con las expectativas reales en tiempo, forma y calidad, con un precio adaptado al bolsillo del usuario que requiere un upgrade en su computador.
Con los SSD también existió esa carrera cuando desde hace ya varios años se empezaron a reemplazar los discos rígidos mecánicos por unidades de estado sólido. El problema era que el SSD ofrecía un mejor rendimiento a costas de un precio muy superior, obligando a sacrificar capacidad por performance. Había que elegir: si se necesitaba capacidad la opción era un disco duro mecánico y si se requería performance, se elegía un SSD. Aunque hubiera que contentarse con una unidad de menor capacidad, se accedía a un dispositivo mucho más rápido que le daba más agilidad al equipo.
Con el tiempo, el SSD fue cada vez más veloz, bajó el costo, pero siempre se sacrificaba alguna cualidad para incorporar esta tecnología mucho más veloz, mucho más ágil y robusta: capacidad o mayor precio.
Posteriormente, aparecieron nuevas tecnologías para aumentar el rendimiento de los SSD, pasamos del viejo y querido puerto SATA (que es el mismo compatible con los discos mecánicos) y se incursionó en nuevas interfaces: PCI Express NVMe, que son interfaces con mucha menor latencia y con un potencial de performance muy superior de hasta 10 veces más que un SSD convencional. Pero volvía a surgir ese dilema: ¿Quiero performance o quiero capacidad? Si quería 3500 MB/s debía elegir una unidad más pequeña para equilibrar el costo, dejando de lado una unidad SSD SATA de mayor capacidad. Muchos usuarios se enfrentaban a este dilema: los gamers se debatían si máxima performance o mucho espacio para guardar mayor cantidad de juegos; los profesionales estaban entre optar por máxima velocidad o máxima capacidad para editar videos. Hoy, ya todo el mundo sabe que un SSD es superior en todos los aspectos, que los precios son mucho más accesibles, y el tema hoy se dirime entre un SSD SATA o un SSD NVMe.
Por tanto, hoy estamos frente a un nuevo tipo de tecnología. El avance tecnológico no siempre es hacia arriba, sino que a veces basta con entregar una performance suficiente a un nivel de costo y capacidad que complete todas las expectativas para un usuario, y que diga: “Esta es la combinación que más me sirve”. Un producto atractivo y productivo no es el tope de línea sino aquel que cumple con requisitos de buena capacidad, buena performance y buen precio: ahí entra el Kingston NV1, lo que llamamos la revolución de lo accesible. Es un nuevo tipo de unidad en la cual usamos una interfaz NVme. Con este producto se accede a niveles de performance muy buenos y lo mejor: al mismo precio que un SSD SATA. Ya no es necesario elegir entre performance o capacidad, puedo tener ambas.
La novedad del NV1 es su relación precio performance, gracias a las enormes mejoras en los controladores y chips de NAND QLC. Esto va a marcar un cambio tecnológico, con lo cual no hay que optar por una u otra capacidad, es más, se puede acceder a una unidad de hasta 2 TB con velocidades de 2100 MB/s a un precio asequible. En términos de durabilidad es muy similar a lo que sería un A400 pero con mucho mayor performance, con lo cual son todas ventajas en comparación con quedarse sobre tecnología SATA.
La otra característica que hace que esto se dé en este momento, más allá de que tecnológicamente se hace posible por la baja de la tecnología NAND Flash, es que el resto de la industria facilita la adopción de este tipo de tecnología, al incluir un slot NVMe que acepta este tipo de unidades de almacenamiento en casi un 90% de las placas madres que se venden en el mercado, tanto en plataformas AMD como Intel.
Del lado de los equipos móviles esta tendencia también está en pleno auge, las notebooks, mini PC, all in one, muchos equipos ya vienen con el slot (llamado M.2) para este tipo de unidad, y en muchos casos incluso ya vienen equipados con esta tecnología, pero con capacidades menores y lo que hacen los usuarios es el upgrade de tamaño a 500 GB, 1 TB o 2 TB. En este sentido, en muy poco tiempo absolutamente todos los equipos de cómputo que se vendan en el mercado van a poder aceptar una unidad de este tipo.
Es para destacar que, más allá de que el récord de performance se lleva todos los titulares, en la práctica para la gran mayoría de los usuarios el sweet spot o producto ideal está en un muy buen equilibrio entre performance a velocidad crucero, capacidad y precio, que es al que se vuelca el mercado de más volumen, y es aquí donde este tipo de producto viene a cubrir la demanda del usuario que se ve impulsado por las demandas actuales a adaptarse pero no por eso su gasto tiene que ser superior a sus necesidades. Cumplir con estas expectativas con un producto de la calidad del Kingston NV1, hará que se convierta en uno de los más elegidos de estos tiempos que vienen.
NV1 está pensado como un producto de entrada, está destinado a llegar a un público muy amplio que está actualizando su laptop o su pc y que ya no tiene que elegir entre capacidad o performance. NV1 permite tener una performance muy respetable de clase NVMe: 2100 MB/s de transferencia, lo cual es al menos cuatro veces más rápido que un SSD SATA convencional. Con este SSD se puede lograr una mejor performance y tener una muy buena capacidad a un costo idéntico a un A400 que es hoy el más vendido. Esa es la verdadera propuesta de valor que tiene NV1 y que creemos va a tener una adopción muy grande a medida que la gente empiece a conocerlo.
¿Qué es NVMe?
La sigla viene de Non Volatile Memory express, que es un protocolo de comunicaciones que corre sobre el bus PCIexpress (el mismo que usan las tarjetas de video) y está diseñado específicamente para aprovechar las ventajas del SSD como almacenamiento. En contraste con el viejo conector SATA que debe mantener compatibilidad con dispositivos antiguos, NVMe ofrece velocidades muy superiores, latencias más bajas y menos sobrecarga para el CPU.