Mientras que en las películas de Hollywood es común ver robots y máquinas dotadas de inteligencia artificial (IA) en el marco de escenas de guerras o en hogares hiperconectados con gadgets que anticipan cualquier decisión que las personas puedan tomar; en la cotidianidad la IA muestra un enorme potencial no solo para mejorar y dinamizar la vida de las personas, sino también a la economía y la fuerza laboral a través de creación y el acceso a nuevos y desafiantes empleos.
Algo similar sucedió en 1975 después del estreno de la película Tiburón, que categorizaba los tiburones en todo el mundo. La película no solo obtuvo más de U$D 260 millones en boletería, superando así el récord de la época de U$D 100 millones en recaudación en taquilla, sino que en paralelo dejó las playas vacías en aquel año, ya que muchas personas tuvieron miedo de ir al mar. La pregunta que sobreviene a este caso es: ¿hasta qué punto la ciencia ficción puede influir en nuestro comportamiento y retrasar el progreso tecnológico?
Según el Foro Económico Mundial, la IA puede crear 97 millones de nuevos empleos hasta 2025 en roles como: analistas y científicos de datos, expertos en IA, aprendizaje automático y big data. Y las predicciones optimistas continúan con el reciente informe de McKinsey, donde la IA tiene el potencial de expandir la actividad económica global con cerca de 13 billones de dólares para 2030.
Pero aprovechar todo este poder tecnológico requiere de habilidades y preparación. Y no únicamente de los expertos técnicos como los programadores y los desarrolladores, que deben estar “preparados para la tecnología digital” si quieren participar activamente y beneficiarse de la economía digital. Todos los colaboradores y ciudadanos deberán capacitarse si desean crecer y desarrollarse en este futuro digital que cada vez está más cerca.
Estar preparado para los avances que vienen aparejados con la inteligencia artificial, es cada vez más importante para la fuerza laboral del futuro. Es claro que la tecnología se ha convertido en un activo vital y que la IA ha demostrado su potencial en múltiples áreas de la vida de las personas, por lo cual su influencia seguirá en ascenso. Comprender las tecnologías involucradas y los aspectos sociales que abarcan a la IA será fundamental para el mercado laboral basado en los datos.
En el mundo hay una escasez de profesionales con las habilidades digitales necesarias para ocupar puestos de tecnología, lo que en Intel llamamos: crisis de las habilidades digitales. La falta de destrezas relacionadas con la inteligencia artificial se ha convertido en un problema global y los gobiernos están creando estrategias nacionales para abordar este inconveniente y crear una fuerza laboral preparada para la IA, con el fin de fortalecer la competitividad global de cada país.
En respuesta a este problema global, lanzamos el programa Intel® AI for Youth, el cual está disponible en más de 11 países en asociación con gobiernos e instituciones. Con el objetivo de empoderar en habilidades sociales y tecnológicas de IA de forma inclusiva, el programa está dirigido a jóvenes entre 13 a 19 años y no requiere experiencia previa en programación.
La importancia de aprender habilidades de IA hace parte del último informe de responsabilidad social corporativa de Intel, donde se destaca el valor que tiene la preparación digital. En línea con esto, los objetivos de la compañía para 2030 buscan capacitar a más de 30 millones de personas con habilidades de IA en 30 países. A su vez, se espera lanzar un programa integral para profesores, el cual les dará la opción de acceder a una amplia gama de contenido orientado a las habilidades de inteligencia artificial.
La democratización del acceso a las herramientas de IA, les permitirá a los jóvenes crear soluciones con un impacto social significativo para sus comunidades, fortalecer la fuerza laboral y beneficiar a la sociedad.